Si, la vida tiene bellos momentos, algunos llegan sin avisar, a otros en cambio, se les espera largamente... Pero tanto en un caso como en otro, los que a mi me importan suelen ser sencillos, tranquilos y, desde luego, solo van a quedar inmortalizados en mi cabeza y en mi corazón.
Hace días pude vivir uno que hacía tiempo que esperaba y que me trajo alegría, paz, sinceridad, cariño, una larga conversación en la que pusimos palabras a silencios que parecía que se habían instalado definitivamente y un abrazo que me dijo que cuando el afecto es de verdad nunca desaparece, al contrario: el tiempo hace que sea más fuerte.
Recordamos tiempos de trabajo conjunto, apoyo mutuo y sin fisuras, ideales compartidos, ilusiones que a veces se tornaban en desesperanza, pero que siempre renacían porque el apoyo mutuo lo hacían posible. Sentimos pena por cosas y causas que se quedaron por el camino, por esas que ya no serán y que podían haber crecido y dar frutos hermosos....
Pero también alegría por el reencuentro y la reflexión de que la vida es un camino empedrado, largo, a veces estrecho, pero con flores a lo largo de todo él, con flores que no hay que cortar para que nos acompañen y hagan llevadero y hasta satisfactorio el esfuerzo de llegar a la meta, que no es otra que la satisfacción de saber que tanto en el plano personal como profesional la honestidad es nuestra guía.
Se que este rato compartido nos traerá otros que a mi personalmente, me enriquecen y me llenan de luz. Y como siempre, le tomo la palabra a Benedetti para decirle a quien me abraza y me dice: cuidate mucho....
"Que las heridas se cierran...
Que las puertas no deben cerrarse...
Que la mayor puerta es el afecto...
Que los afectos, nos definen...
Que definirse no es remar contra la corriente...
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja...
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio...
Que negar palabras, es abrir distancias...
Que encontrarse es muy hermoso..."
"Libertad frente a cordón sanitario"
Hace 4 meses
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